martes, 14 de septiembre de 2010





No quiero mirar la noche con estos ojos fantasmagóricos
A lo lejos veo tu sombra riéndote de mí,
Que le puedo hacer a este maldito corazón marchito
Darle golpes al vacio ausente no se siente…
 Solo el eco del grito inaudible de la soledad que en tinieblas espera para devorarme como tierra al agua,
 Marchítame como hoja en el suelo y déjame sin aliento como un pez en la arena,
 Tal vez así encuentre mi último aliento en la dichosa muerte…
 Quizá así encuentre libertad sin los lasos de esta vida inútil que desgasto amando la ilusión de un corazón ajeno que no es ni siquiera tuyo;
Perder mi cabeza por tus besos es la lógica más grata…
 Y la idea más cuerda de este loco es amar lo odiado de tus ojos promiscuos que pérfidamente miran a la espalda de un abrazo fingido el caminar de otro;
Mátame de a poco con tus traiciones repetidas y haz con un beso maldito que te crea para no detestarte más de lo que te estoy amando.