viernes, 17 de septiembre de 2010

 Ego era su nombre y de apellido Egoismo.
De planes tenía, hacer una gran fiesta e invitar
a sus conocidos. Su lista, larga, muy larga. Pues
de intención tenía llenarlos de rabia y de envidia.
Para tal acontecimiento, empezaron los movimientos
lustres de candeleros, vajillas de oro y plata, y, porcelanas
de la China. Manteles bordados y de encajes puntillas. Cortinas
púrpuras de terciopelos, espejos, mármoles y cristales con destellos
de luces y colores.
 Ego era su nombre y de apellido Egoismo,
su lista larga muy larga. Sus más próximos eran
vanidad, arrogancia y soberbia. Agresión, cólera,
también frustración y dolor. Para nó perder la ocasión,
al amor, felicidad, alegría, en fin una lista larga muy larga.
LLego, pues, el día de dicha celebración, todo reluciente estaba,
esperando la ocasión a invitados enseñar su mansión. Pasaron
segundos, minutos y horas y los invitados no hicieron su aparición.
Así, quedó desolada y humillada por tal denigrante accion.
 Cuentan por ahí,...que luego de tal sufriente dolor, Ego Egoismo
aprendió su lección y qué luego se volvió Compasivo, Generoso y
Amigo.