domingo, 11 de julio de 2010

Volver a vivir, a respirar.
Amar apasionadamente
como aquella primera vez,
olvidar la triste lágrima
que una noche mojó mi tez.
Respirar la naturaleza…
El olor a eucaliptos
a jazmines, amapolas…
Fundirme con el viento
como una alegre mariposa.
Revolcarme en la hierba,
con los brazos abiertos…
Respirar ese aire de libertad,
de inocencia y ternura
de mi alegre pubertad.
Olvidar el dolor del ayer…
Escapar del túnel del tiempo.
Abrir mis ojos ajados…
Recuperar mi triste sonrisa…
¡Y volver a sonreírle a la vida!